Filosofía, política, literatura.

jueves, 20 de diciembre de 2012

La defensa del capitalismo en Europa.


La gente de a pié, común y sencilla que defiende el capitalismo frente al socialismo, se basaba para sostenerlo (pasando por encima de los dogmatismos y falacias instauradas como vox pópuli en contra) en el estado de bienestar que se generó al oeste del telón de acero progresivamente desde 1945 hasta los 90. Hoy día es una crítica desfasada totalmente, dado que tras la caída del bloque soviético en 1991, el desmantelamiento progresivo del sistema social ha dejado claro que el estado de bienestar se generó como una defensa más contra el socialismo. Como un escudo antimisiles, desde luego muy efectivo.

“La mejor forma de robar es poco a poco, para que el sujeto no se de cuenta. Así se evita, o mejor dicho pospone la ira popular, y la revuelta”.

El problema llega en la actualidad; tras poco más de 20 años, y llegado un punto en el que la gente se ve totalmente descobijada, y volvemos a ver la verdadera cara del capitalismo, la misma que maquilló con el auge comunista a partir de la segunda guerra mundial.
La visión real, la idea platónica del capitalismo, es, más allá de la caverna, puro fascismo, carente de humanidad y de lógica.

¿Deja esto una puerta abierta al socialismo? ¿Qué tipo de socialismo? ¿Podrá adaptarse este a los tiempos que corren? ¿O deberemos de ser nosotros quienes nos adaptemos a las posibilidades que pueden ofrecerse desde la no-sobreexplotación medioambiental ni humana, demostrada a día de hoy como insostenible, ni siquiera a medio plazo?