Ojeando páginas antiguas, uno se da cuenta de las estupideces
que puede llegar a escribir en su libro.
Mientras relleno la hoja en la que estoy, se que al comienzo
de la siguiente, me diré, serás imbécil…
O eso llevo haciendo desde hace un par de capítulos.
Pero soy de los que piensa que borrar tus propias palabras
es más estúpido aún. No hay gomas en mi casa, solo ejércitos de lápices que me
emboscan los domingos.
Cuando acabe este best
seller será lo que quede de mi. Porque yo soy solo tinta. Y vosotros solo
sois ojos.